martes, 24 de junio de 2014

UN PAR DE RAYAS ROSAS

Suena el despertador, y como cada mañana, vuelvo a ponerme en marcha. Me agito levemente en la oscuridad y tras varios pasos, vuelvo a quedarme quieto.

De repente, y sin previo aviso:

- ¡Fer¡ ¡Fer, corre, ven! - Estaba gritando demasiado alto y entendía perfectamente todo lo que decía -  ¡Que sí, que esta vez sí!

Empecé a ponerme un poquito tenso. ¿Por qué tendría Diana ese tono de urgencia en la voz? ¿Ocurría algo grave? No quería preocuparme, pero la verdad es que parecía algo muy gordo.

- ¿Eh? ¿Qué dices Diana? Si son las 7 de la mañana, ¿a qué vienen estos gritos?

- ¡Que sí Fer, que sí! ¡Que han salido dos! ¡DOS RAYAS! Eso significa… ¡QUÉ ESTOY EMBARAZADA!

¿Cómo? ¡No puede ser! ¡O sí podía serlo! ¡Claro, eso lo explicaba todo! La oscuridad, la falta de sensaciones en las piernas, los pies, las manos, las voces lejanas, la extraña unión que tenía con Diana… ¡TODO! ¡Todo este tiempo buscando la solución a este misterio y resulta que un par de rayas rosas tenía la explicación de todo! ¡EL PAR DE RAYAS ROSAS MÁS MONAS DEL MUNDO!
¿Son o no son el par de rayas rosas más monas del mundo?

- ¿Enserio Diana? No me tomes el pelo, que no son horas.

- ¡Que sí Fer que sí! ¡Que esta vez sí! – La voz de mami sonaba exultante y animada – Después de tanto tiempo y por fin estamos embarazados Ferny. ¡Vas a ser Papá! ¡Dame un abrazo! ¡¡Te quiero!!

- ¿De…de verdad? – El llanto empezó a notarse en el timbre de su voz - ¡No me lo puedo creer! ¡Qué alegría más grande!

- Tenemos que llamar a todos para contárselo Ferny. Verás que alegría se van a llevar cuando lo sepan.

- ¡Jolines Diana! Todavía no me lo creo. Con todo lo que nos ha costado y por fin lo hemos conseguido. Al final parece que todo esfuerzo tiene su recompensa.

- Eso ni lo dudes, cariño. ¡Al final lo hemos conseguido!

No sé si alguno de los dos llegó a decirlo, pero estoy convencido de que ambos tuvieron uno de los mejores amaneceres de su vida. Y es que a pesar de que el camino pueda estar lleno de piedras, lo importante es tomar fuerzas para saltarlas, admirar el paisaje y disfrutar de la merecida recompensa.