jueves, 16 de octubre de 2014

EL NOMBRE

Siempre que hay un bebé de camino, surge el mismo dilema: ¿Qué nombre ponerle?

Algunos padres lo tienen claro desde un principio, pero hay otros que incluso llegado el momento del parto todavía no se han decidido. Y es que hay muchos motivos para escoger el nombre de un bebé: hay teorías que dicen que el nombre de una persona determina su carácter, que algunos generan buena suerte o simplemente se escogen por mantener las tradiciones familiares.

¿Queréis saber cuál es el mío?

El nombre elegido por mis papis para mí es ARIADNA. De origen griego, proviene del término “Ariádne”. La raíz “ari” significa “muy” y “adne” significa “santa, casta, limpia, pura”. Por lo tanto, mi nombre significa “muy limpia y pura”. Es un nombre perfecto, ¡¿a que sí!?.

Por tener este nombre, me corresponde un día en el santoral: el día 17 de septiembre. 

Además, se dice de las Ariadnas que somos (y seremos) responsables, perseverantes, bondadosas y piadosas, que tenemos una personalidad enigmática y muy misteriosa a la que es difícil resistirse…Habrá que ver en unos años cuantas de estas predicciones se cumplen… lo mismo me tengo que plantear cambiar de nombre a alguno que se adapte mejor a mis cualidades. ¿Os imagináis tener que cambiarme de nombre a Homobona o Seguismunda, sólo porque estos se adaptan mejor a mis cualidades y capacidades? ¡Menudo disparate!

También cuenta la leyenda que la primera Ariadna fue la hija de Minos y Pasífae, y en su haber estuvo el invento del famoso “hilo de Ariadna”, gracias al cual, el héroe griego Teseo pudo entrar al laberinto del Minotauro y encontrar el camino de vuelta sin perderse. ¡A eso le llamo yo ingenio!

Y una vez hecho el repaso por toda la historia de mi nombre, os preguntareis que me parece a mí, la interesada: pues la verdad es que estoy encantada. Soy de las que piensan que los nombres no hacen a las personas, sino que son las personas las que se hacen su propio nombre. ¡Y yo pienso lucir el mío muy orgullosa!

Si tengo que ponerle una pega, ¡es que estoy segura de que me va a costar encontrar una lata de Cocacola con mi nombre! 


Una vez decidido el nombre, ya solo quedaba empezar a decirle a todo el mundo que esta pequeña “lentejita” que crecía en la barriga de Mamá ya tenía nombre: ARIADNA.

¡Toma nombre chulo!